Este es el mapa del hemisferio occidental de Abraham Ortelius, considerado el «primer mapa de las Américas en aparecer en un atlas moderno» (Schwartz). El éxito de Ortelius y la difusión de su atlas hicieron de este magnífico mapa la representación estándar, y la mejor, de las Américas durante el período inicial de su colonización.
Dado lo reciente que ha sido el hemisferio occidental para los académicos europeos en esta época, el contorno del continente es notablemente preciso y reconocible. El noreste americano está dominado por Nueva Francia y el río San Lorenzo, evidencia de los viajes de Cartier. El Caribe y el este de Sudamérica se muestran con notable precisión. Más allá del estrecho de Magallanes, Tierra del Fuego no aparece como una isla, sino como parte de un enorme continente austral, la apócrifa Terre Australis, que se extiende hasta Nueva Guinea. El océano Pacífico parece, en un sentido optimista, mucho más estrecho que su anchura real, con Nueva Guinea al sur de Quivira y del estrecho de Anian. La costa del Pacífico presenta una distorsión significativa tanto en América del Norte como en América del Sur. La costa chilena presenta la protuberancia en forma de patata que también se encuentra en el mapa de Mercator. En México y el suroeste, aparecen los topónimos de Coronado: Ceuola, Tiguex y Quivira. Perú y el Río de la Plata están bien detallados, aunque el tamaño de este último es exagerado.
La forma general del continente y muchos de sus detalles se extrajeron de los que aparecen en el enorme (e inalcanzable) mapamundi de 1669 de Gerard Mercator, amigo y colega cartógrafo de Ortelius. Gran parte de los finos detalles se obtuvieron de fuentes españolas, un logro notable en sí mismo, ya que los españoles y portugueses eran notoriamente reservados con respecto a sus descubrimientos en el Nuevo Mundo. Estas fuentes son anónimas, pero la precisión en los detalles dentro del ámbito español delata la situación. La costa del Pacífico, México, el Caribe, el Golfo y Sudamérica revelan detalles de una fuente familiarizada con las exploraciones españolas.
Además de su revelador detalle, el mapa de Ortelius es una hermosa obra que exhibe el grabado magistral de Franz Hogenberg. Barcos navegan por los océanos salpicados de puntos, y un monstruo marino merodea por el Atlántico Sur. El cartucho adornado con correas está rematado con leones alados.
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